"Géneros vemos, sexos no sabemos"
- Rebeca Madrid
- 11 oct 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 13 oct 2024
Escuché esta frase por primera vez en el Instituto Mexicano de Sexología y me invitó a reflexionar lo siguiente:
Probablemente tú también creciste con una comprensión binaria del género: hombre o mujer. En la sociedad mexicana todo parece apuntar hacia una realidad binaria: los colores, los juguetes y las expectativas sociales. Sin embargo, el sexo, el género y la identidad de género son espectros mucho más amplios y complejos que constantemente desafían estas categorías tradicionales.
El sexo se refiere a las características biológicas, como los cromosomas y los órganos sexuales. Es una categoría, que generalmente se asigna al nacer en función de los rasgos físicos: hombre, mujer o intersex. Ya desde este punto inicial, en la asignación del sexo al nacer, empezamos a vislumbrar la diversidad de la sexualidad humana. Las personas intersex, por ejemplo, nacen con características sexuales que no se ajustan estrictamente a las definiciones típicas de hombre o mujer. Sus cuerpos pueden presentar una combinación de características sexuales, desafiando así las categorías binarias. Esta diversidad biológica nos abre las puertas a una comprensión más amplia y fluida de la sexualidad, donde las posibilidades son infinitas y no se limitan a un espectro binario. Es importante destacar que ser intersex es una variación natural de la expresión humana. Las personas intersex pueden tener una amplia gama de experiencias de género y sexualidad.
Por otro lado, el género es una construcción social y cultural que determina las características, roles, comportamientos y expectativas asociadas a ser hombre o mujer en una sociedad determinada. Esto significa que es aprendido a través de la socialización y que varía entre diferentes culturas y épocas históricas.
Por su parte, la identidad de género es la experiencia interna y personal de una persona en relación a su género. Es decir, cómo se siente y se percibe a sí misma en términos de masculinidad, feminidad o alguna otra identidad de género. La identidad de género puede o no coincidir con el sexo asignado al nacer.
Por ejemplo, hay personas que se identifican completamente con un extremo del espectro binario (hombres y mujeres), otras que se encuentran en algún punto intermedio y muchas que se sienten más cómodas completamente fuera. A estas últimas las llamamos personas no binarias. También hay personas cuya identidad de género fluctúa a lo largo del tiempo, a estas personas las llamamos personas género fluido.
Finalmente, la expresión de género es la manera en que una persona manifiesta externamente su identidad de genero. Esto incluye elementos como: apariencia, comportamiento y roles sociales. Es decir, la forma en que nos presentamos al mundo y cómo queremos que nos perciban en términos de género.
El sexo, el género, la identidad de género y la expresión de género son conceptos distintos pero interrelacionados. Es importante entenderlos para poder reconocer la diversidad de experiencias y para desafiar las normas sociales restrictivas que limitan nuestra expresión y nuestra sexualidad.
La frase "géneros vemos, sexos no sabemos" sugiere que lo que observamos a simple vista es la expresión de género de una persona, es decir, cómo se presenta al mundo. Sin embargo, detrás de esa expresión hay una compleja identidad de género que puede no ser evidente a primera vista y que puede o no estar alienada con el sexo asignado al nacer.
Esta frase nos invita a mirar más allá de las apariencias y a reconocer la diversidad de experiencias de género. Al comprender que la expresión de género es un espectro amplio y fluido, podemos desafiar los estereotipos y desmitificar las ideas preconcebidas que tenemos sobre la sexualidad.
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